PUENTES
A Ildiko Hercia M e preguntas qué ha pasado con tantas mujeres que cruzaron, reposaron en mi y que olvide y me olvidaron. Fui un puente capaz de resistir la vertiginosa marcha de los trenes victoriosos. Uno por donde cruzó la desidia y la necedad de los jóvenes. En donde se refugió la hacedora de consignas, la forastera que miraba al mar sin saber que lo era, la pintora que dibujaba al padre y no perdonaba el silencio de su rostro cuando lo trazaba en el lienzo. A hora soy un puente que se quiebra, quizás irreparable, que de nada te servirá aunque juegues a cruzarlo y prometas limpiar el mangle y las voces de aquellos hombres que al cause de los ríos arrojaron el arrepentimiento y nunca llegaron a ser escuchados.