EL MITO DE UN POETA MALDITO






LA BIOGRAFIA DE UN CONTROVERSIAL POETA



Por Alejandro Lorenzo.



El Mensajero es la segunda edición 2003 que la editorial Alfaguara publica de esa biografía minuciosa que escribió en el 1997 el novelista y cineasta colombiano Fernando Vallejo, autor de la novela La Virgen de los Sicarios, Alfaguara 1994 El Mensajero esta directamente relacionada con la vida del compatriota suyo y uno de los singulares poetas hispanoamericanos, Miguel Ángel Osorio. Santa Rosa de Osos, 29 de julio de 1883 más conocido por el seudónimo de Porfirio Barba Jacob, que también fue periodista en el campo de la crítica literaria, y fundador de periódicos y revistas en países de Centroamérica y México donde residió hasta su muerte en 1942 el mismo año en que Fernando Vallejo nació.

Quien lea este libro, el primero de Vallejo de impacto internacional, comprobará que se esmeró con la sobriedad y objetividad propia de un historiador y logró una capital fuente de consulta para quienes se interesan por uno de esos escritores considerados malditos. Por lo que nos narra Vallejo, Barba Jacob reúne todos los requisitos para esa, a veces arbitraria y compleja categorización.

Posiblemente Vallejo a la hora de escribir El Mensajero se identificó más con la vida de Barba Jacob, que con su poética y demás trabajos literarios. En la biografía narra sus descabelladas actividades literarias y su excéntrica vida, pero no se adentra a un análisis de su producción literaria, posiblemente eso lo deja en manos del lector interesado y los especialistas, que al indagar a fondo, pueden desencantarse y coincidir con el juicio de algunos críticos literarios contemporáneos que afirman que la obra de Barba Jacob es más escándalo por lo que decía y hacia públicamente, que por la calidad y estilo de sus escritos.¿Injusto este criterio? Desde una óptica del presente no lo es, pero en su tiempo, aquella orientación posmodernita en sus versos, con algunos ribetes simbolistas, encajaban perfectamente en la categoría de literatura de vanguardia que causó admiración y reconocimiento entre el público latinoamericano amante de la entrada de nuevas corrientes que rompieran aunque fuera parcialmente con los cánones literarios establecidos.

Fernando Vallejo que ha demostrado a lo largo de su literatura y sus realizaciones cinematográficas introducirse por esos mundos intransitables donde abundan gente dura, marginales, raras, estrafalarios y ferozmente crueles, comprendió que con Barba Jacob tenia un excelente personaje y un exitoso tema para explotar.

Se podría resumir que Barba Jacob hacia el 1902 escribe una novela titulada Virginia, incautada por las autoridades de Santa Rosa, Colombia, por considerarla inmoral Sus poemas que recitaba a la intemperie o en un elegante salón de conferencia, escandalizaban a la sociedad colombiana y Latinoamérica con su exaltación y defensa explicita del homosexualismo. Adoptó un sinnúmero de sobrenombres, cada uno con diferentes personalidades y variados ropajes. Hizo un caótico peregrinaje por Suramérica, Centro America y el Caribe muchas veces resultado de su transgresora conducta. Por ejemplo: fue amigo del dictador Porfirio Días, por lo que tras el derrocamiento del mismo tuvo que escapar a Guatemala de donde debió salir en 1915. Viaja a Cuba, retorna en el 1918 a México, escribe una supuesta biografía de Pancho Villa que luego pierde, es expulsado por el presidente Obregón, se radica en Guatemala donde es sacado en 1924, por el general Ubico. Se instala en El Salvador, y luego es deportado por el presidente Quiñones. En Hondura se hace pasar por cura, luego viaja a Nueva Orleans y al poco tiempo a Cuba. En 1926 llega a Lima, un año después regresa a Colombia; tras algunos recitales y trabajar en el diario El Espectador, se marcha para no volver a su tierra. Vivió nuevamente en Cuba, en donde conoció a Federico García Lorca. En 1930 se radica definitivamente en México.

En la biografía se despeja la inquietud si Barbaba Jacob fue tolerado o no por la sociedad que le toco vivir. Y se puede afirmar que no todo fue tormentoso en la vida de este peculiar personaje. Hay matices. Hay balance. Si nos ceñimos por lo que nos narra Vallejo, el poeta colombiano también gozó de cierto margen de libertad y admiración por parte de la sociedad latinoamericana de su época, y en testimonios que aparecen en este libro puede considerarse que en muchos momentos de su vida tuvo un trato privilegiado de parte de gobiernos e instituciones.
Fernando Vallejo recopila datos y hace entrevistas por todos los países por donde transitó este escritor irreverente y siempre al borde de los extremos, que se convirtió luego de su muerte en una leyenda.
Para separar el mito de Barba Jacob con lo que en realidad fue e hizo, Vallejo reconstruye un mapa humano y cultural, donde intervienen importantes intelectuales, personalidades de la diplomacia, la política, benefactores de la cultura, promotores artísticos, que tuvieron en determinado tiempo y bajo diversas circunstancias relación con el poeta. Todos ellos, incluso los detractores, directamente o a través de terceros, aportan diferentes versiones sobre uno o varios acontecimientos donde el biografiado intervino, contribuyendo que la investigación adquiera matices y la verdad en la vida de este hombre sea calada a fondo, aunque ese retrato exacto, abarcador, a momentos, el lector llegue a creer, por lo inverosímil de una cadena de situaciones, que es pura ficción originada por el escritor.
Hasta cierto punto El Mensajero quizás contribuye, sin proponérselo, a robustecer esa imagen redundante que el público medio tiene de los artistas como individuos bohemios, extravagantes y en algunos casos capaces de transgredir las fronteras de la ley, y hasta cierto punto alienta en sectores de ciertas sociedades al prejuicio hacia los valores intrínsicos de la obra que generalmente no se relacionan con la vida de aquellos
que la producen.
Ese perfil de artista marginado, ha sido desde finales del siglo XX hasta el presente explotado al máximo por el cine, la literatura, tanto de calidad, como el destinado con fines comerciales, que complace a los que con cierta fascinación escudriñan la conducta de esos creadores Y esto ha creado un debate con sus derivados cuestionamientos, entre los estudiosos de la historia del arte y de la literatura
Qué aporta conocer la vida privada y extra cultural de los artistas famosos. Qué es lo importante, por ejemplo, el universal poemario Iluminaciones de Arthur Rimbaud o sus tormentosas relaciones amorosas con el poeta Paul Verlaine o una cronología detallada de la última etapa de su corta vida cuando dejó de escribir definitivamente y se convirtió en mercader en los bajos fondos del norte de África. El Mensajero hace reflexionar sobre el papel del intelectual con la sociedad, la interacción entre figuras de la cultura y el poder, entre las leyes y la conducta de un artista ante las mismas. Esos tópicos candentes, polémicos, constituyen de este texto su principal trascendencia.

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