Entradas

Acércate

Imagen
A cércate, y dime como fueron las últimas noches en aquella ínsula. Declara ante el templo que todo hombre lleva a cuantos amigos perdiste  y cuantos ahora son irreconocibles.  Acércate, porque hay palabras que  deben ser dichas en tono bajo,  como si se le hablara a un padre ya anciano  y henchido de malos presagios.  Acércate más, quiero ver tus ojos, que son también los míos y los de nuestros muertos.  Que tú boca roce mi oreja,  para que lo que digas no se disipe y raudo entre en mi corazón  como quien sigiloso transita por ese riachuelo que divide la vida.

PUENTES

Imagen
A Ildiko Hercia M e preguntas qué ha pasado con tantas mujeres que cruzaron, reposaron en mi y que olvide y me olvidaron. Fui un puente capaz de resistir la vertiginosa marcha de los trenes victoriosos. Uno por donde cruzó la desidia y la necedad de los jóvenes. En donde se refugió la hacedora de consignas, la forastera que miraba al mar sin saber que lo era, la pintora que dibujaba al padre y no perdonaba el silencio de su rostro cuando lo trazaba en el lienzo. A hora soy un puente que se quiebra, quizás irreparable, que de nada te servirá aunque juegues a cruzarlo y prometas limpiar el mangle y las voces de aquellos   hombres que al cause de los ríos  arrojaron el arrepentimiento y nunca llegaron a ser escuchados.

TROMPETEROS QUE ANUNCIAN LA VIDA O LA MUERTE DE LOS QUE HUYEN

Imagen
L as orquestas  posadas en el atardecer  se preparaban para la semana de los encapuchados.  El sonido de aquellos himnos  era familiar y conmovedor. Ya del otro lado del afluente,  muy cerca de la Aguja Esmaltada,  se hallaban las pisadas de los prófugos.  También lo soy.  Conozco cicatrices en los muros.  Conozco las huellas sobre el arcilloso suelo  y a la jauría a la caza del que huye.  He deslizado mis dedos en paredones inmensos  por cuyas grietas brota el musgo rojizo  que en primavera con seguridad se deshace.