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Hebra

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HEBRA QUE SE DESHACE a S.E. Avellano Viajera que equivocas el destino final de una travesía.   Que soñabas con recopilar historias secretas,  dentro del mismo vórtice de la sed, la carne  y los huesos míos y de otros.  Que pretendías crear lenguaje cifrado  para aquellos que nunca volverían a reír. Si supieras que ese hombre que debiste amar,  y nunca llegaste a conocer cuando escribía  a media noche siempre esperaba  a que derribaran a patadas su puerta.  He perdurado frente a una pared gastada y húmeda.  En un pasillo que no conduce a ningún sitio. El que escribe jamás pensó que la vida fuera eso, una pared,  donde no hay barcos anclados,  ni puertos que reciban a ilustres viajeros,  ni jardines donde ir a reposar,  ni agua sagrada que limpie todos los rencores. Una pared y un interminable pasillo, solo eso. Una pared puede ser cómplice de los secretos de un hombre, pero no lo salva. Quien buena parte de su vida ha buscado la verdad   cuando cree ha

No olvidemos a nuestros Poetas

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Un Poeta de la Reconciliación. RFH 22 de junio de 1946-21 junio 2017 Su muerte en el lodazal de la desidia colectiva.  ( Fragmento publicado en la revista Carta Laical por Jorge Domingo Cuadriello ) Rogelio Fabio Hurtado falleció en horas de la madrugada. Por decisión de los parientes de su esposa, fue sepultado ese mismo día a las 4 de la tarde, no en el panteón familiar donde yacen los restos de sus padres, sino en una bóveda colectiva. La mayor parte de sus amigos nos enteramos de su deceso cuando ya su cadáver comenzaba a ser polvo en tierra cubana. Al día siguiente, sin pérdida de tiempo y movidos por intereses muy pragmáticos, esos mismos parientes comenzaron a deshacerse de todo lo que existía en el modesto apartamento de la avenida 51, en Marianao, que consideraban inservible o no aprovechable. Dentro de esta categoría cayeron los numerosos libros, revistas, manuscritos, cartas y fotografías que conservaba el poeta. Todo este cargamento, más su vieja

El Inmenso Silencio

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' EL INMENSO SILENCIO A mi buen padre Regresaba de estar con mi padre en sus últimos momentos. Me había esperado, no sé cuánto tiempo, tal vez días, semanas, meses, pero lo hizo. Al parecer fue un gran esfuerzo de su parte, o gracias a un intercambio de favores entre esas dos abstracciones contrincantes que son la vida y la muerte.  Quería despedirse antes de emprender la partida, quizás eso fue un buen argumento que le puso la vida a la muerte ante su obstinada urgencia por llevárselo.  Ida y vuelta, siempre junto a un guardia algo torpe, con las cuencas de los ojos demasiado hundidas, ojos de anciano enfermo, de un tipo que con seguridad no rebasa los treinta. La ida a la ciudad fue en uno de esos cacharros Antonov 24 cuyos motores parecen a punto de caer al vacío, de regreso, en un tren lento, chirriante, repleto de gente que suda, caga, orina por todos los rincones inimaginables, porque la mayoría de los baños están clausurados.  Pasajeros que escarban constante

LA SOGA QUE CIÑE AL CORDERO

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UN PUNTO EN LA OTRA ORILLA A Rene Ariza IM y a la emérita pintora Clara Morera. La tarea del recluso consistía en limpiar cada tarde las terrazas exteriores de la histórica fortaleza y prisión de La Cabaña. Precisamente desde aquella explanada, mientras realizaba la faena, divisaba por unas horas a su mujer, que dos o tres veces al mes se paraba al otro lado de la bahía en un punto del malecón y de su bolso uno a uno extraía pañuelos, con los cuales creaba un lenguaje cifrado, una especie de clave Morse, que el prisionero interpretaba y pretendía reconstruir un panorama de lo que ocurría fuera de su encierro. Un pañuelo blanco y luego otro azul, significaba que ella lo esperaría hasta que cumpliera la condena. Un pañuelo verde, que le era fiel y que sus ojos eran sus ojos, y en su frente guardaba para él, los más nobles pensamientos. Un pañuelo amarillo abarcaba el concepto del tiempo: Los niños crecen, los días vuelan, pronto serán jóvenes, terminaran una carre

Poema Publicado Revista Surco Sur Septiembre 2019

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LOS BREVES CUENTOS DE GUILLERMO SAMPERIO Alejandro Lorenzo La literatura latinoamericana se nutre de un escritor que intenta modificar las estructuras del cuento y proporcionarle al género nuevas formas expresivas, se trata del mexicano Guillermo Samperio un continuador con vos propia, de los maestros Julio Cortazar, Juan José Ariola , Jorge Luis Borges, para citar algunos de los más significativos de la narrativa contemporánea. La Gioconda en bicicleta editorial Océano reúne 26 relatos cuya lectura es una convocatoria para que el lector desembarque en el mundo de la imaginación y la poesía. Este es un libro que se puede leer aparentemente fácil por la brevedad de alguna de sus historias, pero es necesario tener cierto cuidado porque en esa brevedad existen senderos plagados de conceptos, mensajes subterráneos y a veces crípticos. Cada cuento es un asombro, quizás porque Samperio describe de forma minuciosa la cotidianidad de ese universo de las cosas y de las criat

Compañeros de Viaje

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1ra Exposicion Maderas Ceremoniales . Galería  Racho Boyeros. Palabras de apertura  por el pintor Jesus de Armas Gonzales. En la foto: Jorge Domingo Cuadriello, Nicolas Lara, Spino, Francis Corzo, la pintora Maria Sanchez entre otros. La Habana. Cuba. 1981 Maderas Ceremoniales.   En la foto el cuentista Spino y el pintor Jesse Rios. 1981 Artistas en la Gran Piedra. Entre ellos Telbia Marin, Olimpia, el escultor Coba  y el fotógrafo Eder Gomez. Santiago de Cuba. Cuba. 1984 Al Filo de la Madera . Exposición en la Galeria 12 y 23.En la foto: Erminda Nuñez, Los pintores Larrinaga, Vasquez, Nicolás Lara y el galerista y promotor cultural Enrique Silva.  La Habana. Cuba. 1984 El poeta Raúl Luis y Guillermina Ramos en la presentación del poemario La Cuerda Rota. Presentación de la Cuerda Rota Ciudad de la Habana.  Con la amiga  Susana Sabolcs y la arquitecta Perla Marinello Cuba.1991   La Cuerda Rota.